viernes, 21 de junio de 2013

Dejarse llevar (II): El verano y las vacaciones, a la vuelta de la esquina

Al igual que el amanecer da paso a la mañana y la mañana deja su sitio al sol para que éste llegue a su cenit en el mediodía, el verano se acerca tras haber pasado unos nueve meses dando lo mejor de uno mismo y ganándose las vacaciones tan merecidas que el trabajo durante "la mañana" -el curso- ha hecho llegar sin peligro de que las nubes tapen al astro celeste cuando llegue a su punto más alto.

Ahora llega la época de pensar, de organizar y de vivir sin la eterna losa del trabajo que tienes que presentar a la semana que viene, sin el "síndrome del examen del día siguiente". Las canciones que estoy escuchando en este momento me están recordando momentos de veranos pasados en los que ese peso no ha existido: tardes de piscina en las que el tiempo, más que correr, vuela; mañanas de jugar con la consola, de tirarse en el sofá y disfrutar de lo que llamo la desconexión completa o el reset; mediodías en los que poder disfrutar de la comida sin tener que engullir para no llegar tarde a las actividades extraescolares... 
Entre esas canciones se encuentra, por ejemplo, Thrift Shop, de Macklemore y Ryan Lewis, que no hace más que recordarme los días de campear la ciudad con los amigos; también podemos encontrar entre mi selección Danza Kuduro: ésta me recuerda mis días de playa en Santander, pero también la piscina y la fiesta de fin de curso o las chicas. En fin, que la música me está teletransportando a los mejores momentos del verano pasado. 

En este instante, a la vez que evoco sentimientos pasados y los vierto en el ordenador, estoy pensando en cómo voy a organizar el tiempo libre del que ahora voy a gozar. Aunque realmente, poca cosa hay que preparar, ya que la gran mayoría de los planes nacen de la más pura improvisación y del mensajeo y whatsappeo en su punto más álgido. Pero nunca está de más tener una pequeña idea de lo que vas a hacer. Como que "parece", y sólo parece, que lo tienes todo más controlado. Y eso que este año yo no tengo que pensar mucho porque me marcho con el colegio y amigas de clase a Inglaterra, mas es lo que tiene ser de los que les dan vueltas a la cabeza.

Por último, quiero dedicarme una canción de mi queridísimo coro, Amici Musicae, que esta tarde actuamos en la Sala Mozart del Auditorio de Zaragoza y nos tiene que salir genial -y sin duda así va a ser- ya que celebramos nuestro décimo aniversario. [Os dejo la canción abajo]

Con toda esta vorágine de pensamientos acabo esta entrada. ¡Ah!, y pasad un feliz verano todos. Espero que no os haya pillado la nube, y si no, tranquilos, que el sol siempre sale tras la tormenta.
Por segunda vez, feliz verano.


VÍDEO DEL CORO AMICI MUSICAE: PATER NOSTER EN LA IGLESIA DE SAN MIGUEL
http://www.youtube.com/watch?v=YZREpawEKeg

Tuiteo, luego existo

El famoso pajarito de Twitter
La plataforma social Twitter, junto con otras redes sociales mayoritarias, como Facebook o Tuenti, ha revolucionado el mundo de la comunicación en los últimos dos o tres años. Hemos pasado de tener una parcela de nuestra persona para nosotros mismos a querer compartir absolutamente todas esas vivencias con nuestros "amigos" virtuales o con nuestros followers.
Ciertamente, esta transformación ha producido una masificación del uso de estos servicios, la cual produce la necesidad de estar conectado (enganchado sería la palabra adecuada) a la plataforma para "ser alguien más o menos notable" en el grupo de los más cercanos e incluso más allá. De esta globalización de las redes sociales ha surgido la expresión "Tuiteo, luego existo", que ha nacido para emular a la muy famosa frase del filósofo francés René Descartes hallada en su Discurso del método (1637):
"Pienso, luego existo"
Gracias a la introducción de esta nueva norma filosófica, el mayor exponente de la oración compuesta con subordinación adverbial concesiva ha sido "sustituido" por otra oración mucho más moderna y que indica la situación en la que nos encontramos actualmente en el mundo de la comunicación. Y es que, por suerte o por desgracia, Twitter se está convirtiendo en el oxígeno de la información y las relaciones, y nuestros tweets, en el respirar de cada uno, en el beber de la información, en el catalejo que nos dice desde si nuestro amigo va a salir con su novia al parque hasta si hoy Florentino Pérez ha desayunado tres magdalenas con un cortado en vez de con un capuccino porque tenía menos hambre.

Desde luego, lo que sí que está claro es que, por lo menos, siempre quedarán las relaciones personales, que espero no logren sustituir. Porque ya, si encuentran una forma más sofisticada que el hangout de Google+ o el WhatsApp para comunicarnos de manera que no nos demos ni cuenta de que estamos hablando a distancia, señoras y señores, apaga y vámonos.


FUENTES:
Pienso, luego existo-Wikipedia
René Descartes-Wikipedia
Tuiteo, luego existo

martes, 4 de junio de 2013

Séneca y las dificultades

"No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas".
Séneca, filósofo romano (4 a. C. - 65 d. C.) 
Séneca era todo un sabio en su época. Vio, vivió y plasmó. De ahí, de su observación y de su conocimiento, proviene esta cita.
Realmente esta frase tiene su miga, además de dejar entrever unas cuantas verdades. En el momento en que algo nos parece difícil, lo vemos muy lejos, como muy distanciado y como algo en lo que raramente caeremos en la tentación de hacer. Se originan: una sensación de desgana, los pensamientos del tipo "ya lo hará otro", "esto no está hecho para mí", etcétera.

Hay otras veces en las que no tenemos elección y es obligatorio afrontar la adversidad; esas son las ocasiones en las que nos debemos enfrentar a lo difícil. Si se nos apodera la visión de complicado y no conseguimos vislumbrar un resquicio por el que atacar aquello que es complejo para nosotros, o lo vemos pero es tan mínimo que no queremos empezar, nos habremos puesto una barrera en la consecución de nuestro objetivo. 
Es allí a donde la frase de Séneca quiere llegar. Su intención es, primero, hacernos ver que debemos atrevernos a probar por mucho que nos cueste; y segundo y no menos importante, quiere animarnos y decirnos que las cosas difíciles se harán más fáciles si las afrontamos y buscamos esa pequeña fractura que hemos dicho que existe en "la capa de dificultad" que le hemos colocado al asunto.

¿Cuál podría ser la solución? Lógicamente, no hay otra que coger el toro por los cuernos en ese momento en el que no nos atrevemos y pasamos.
El ejemplo es bien sencillo y se puede observar en la vida del estudiante: te mandan un trabajo muy extenso que tienes que entregar al día siguiente. Un alumno puede decir que es muy difícil, pero normalmente lo dirá porque es largo y costoso y no quiere afrontar el problema. En cambio, otro alumno se pondrá a ello, y seguro que acaba antes y encuentra mucho más fácilmente la fragilidad en la "capa" del trabajo.

Así que yo haría acopio de valor y, la próxima vez que nos encontremos ante la dificultad, en vez de decirle "hasta luego, te dejo", seguiría el consejo del gran Séneca y le dedicaría un "hola, te voy a machacar". Seguro que, aunque cueste, todo será mucho más fácil.