martes, 8 de enero de 2013

El primer automóvil

Imaginaos cómo serían los viajes hace 200 años. 
Aunque para empezar, hay que aclarar que sólo quienes se hallaban entre las clases altas de la sociedad y por la misma regla de tres, quienes poseían dinero, eran los que viajaban y se movían de su casa en aquella época. Pero aún así. Imagináoslo. 
Seguro que mucho más incómodos que ahora, porque pensad que, a pesar de poder permitirte el lujo de viajar (ya fuese en barco o tren de vapor para distancias largas, ya fuese a caballo o en carruaje para las distancias más cortas o en las que no hubiese línea de ferrocarril o posiblidad de viajar en barco), los trayectos se dilataban en el tiempo debido a la baja velocidad de los medios por aquel entonces disponibles y las comodidades a la hora de desplazarse no eran, ni mucho menos, las que ahora existen.
Bertha Benz junto con sus dos hijos
en el coche fabricado por su marido
Esto fue lo que llevó a ciertos inventores (ahora, antes personas) a pensar en una forma de desplazarse adecuada al medio terrestre. Y este pensamiento les llevó a desarrollar el primer automóvil, a base de evoluciones del prototipo de coche anterior.
Así llegamos al año 1886, año en el que el alemán Karl Friedrich Benz construyó lo que se considera el primer auto de la historia, a pesar de los diseños anteriores de otros ingenieros, que no ostentan el rango de vehículos.
Montada sobre lo que ahora consideraríamos "un carruaje con cuatro ruedas de bici y motor", Bertha Benz, la esposa de Karl, realizó el primer viaje en automóvil de la historia. ¿El motivo? Un viaje de 194 kilómetros para ver a su suegra, acompañada de sus dos hijos.
Ciertamente, no fue un trayecto exento de dificultades: a pesar de la mayor velocidad a la que se desplazaba el vehículo comparándolo con un carruaje -unos 20 km/h era la velocidad "punta" del vehículo elaborado por Benz-, Bertha se tuvo que enfrentar a numerosas dificultades técnicas, como por ejemplo: la necesidad de combustible (ligroína, dada la inexistencia de la gasolina y las gasolineras; era un disolvente derivado del petróleo), el desgaste de los frenos de cuero, la obligada parada para refrigerar el primitivo motor...
Aún a pesar de todos estos problemas, Bertha realizó su viaje en 12 horas, una marca más que respetable para el vehículo en esos tiempos.
Y a partir de allí, los coches han evolucionado hasta llegar a la situación actual, en la que podemos desplazarnos a grandes velocidades, alejándonos 300 kilómetros de nuestra casa en 3 horas. ¿Quién lo diría?
Gracias a todas las personas que pensaron en cómo resolver sus problemas y los resolvieron, gozamos de todos las mejoras de la calidad de vida que poseemos en la actualidad. Impresionante.
Gracias, inventores.


Fuentes consultadas para redactar el viaje de Bertha Benz:
-Libro de Ciencias Sociales 3ºESO 

No hay comentarios:

Publicar un comentario