miércoles, 5 de diciembre de 2012

Simplificar la ortografía

«Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revolver con revólver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?» 
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ 
Gabriel García Márquez, en una entrevista concedida al diario La jornada, diario de México, nos habla sobre la naturaleza ortográfica del castellano. En este fragmento del artículo del rotativo, el escritor colombiano, Premio Nobel de Literatura en 1982, propone una visión de la ortografía mucho más simple de la actual, en la que no habría cabida a diferenciaciones gráficas en la escritura.
El autor alega que la diferencia entre leer *voton y botón no altera el significado que otorgamos a la palabra en un texto. A mi entender, su deseo es aplicar cambios en la lengua que permitan una comunicación igual de fluida pero mucho menos costosa.

Mi opinión al respecto es muy diferente. A pesar de que el lenguaje realice su función correctamente, una modificación de tal índole no proporcionaría ventajas claras respecto a su uso. De hecho, lo más fácil es que un cambio así provoque confusiones varias, como la que sucedería en las palabras vaca baca, o en parejas de palabras en las cuales una de ellas necesite llevar una tilde diacrítica. Además, acabaría con la belleza de la lengua, que perdería su encanto puesto que sólo tendría una función comunicativa, dejándose por el camino el sentido artístico.
Es cierto que en ocasiones nos sale abreviar las palabras (por ejemplo, en los chats a través de Internet), pero sólo en esas ocasiones en las que la comunicación escrita sea tan instantánea como una conversación es en las que la reforma que propone el señor García Márquez tiene sentido, ya que se puede complementar el sentido de las palabras al momento.

En resumen, se trata de una simplificación de la ortografía que solamente encontraría sentido en el ámbito de la conversación.

1 comentario:

  1. La atracción de lo fácil puede ocultar un espejismo de dificultad. No siempre lo más fácil es lo mejor.
    Lo pero, además de las confusiones que señalas, sería en la ruptura con el pasado etimológico del vocabulario. La mayoría de las veces, las distinciones ortográficas guardan relación con el origen de las palabras. Y todo lo que sea perder de vista los orígenes es un empobrecimiento.

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