domingo, 17 de marzo de 2013

Habemus papam: Francisco

La Iglesia Católica, desde el 13 de marzo, tiene nuevo Papa tras la renuncia de Benedicto XVI. El nuevo Sumo Pontífice es el cardenal Jorge Mario Bergoglio, jesuita y argentino natural de Buenos Aires, cuyo nombre público, escogido por él para su pontificado, es Francisco, en homenaje a San Francisco de Asís.
Jorge Mario Bergoglio,
Papa Francisco

Esta elección se produce tras las votaciones que se produjeron entre el 12 y el 13 de marzo, días en los que se desarrolló el Cónclave para la selección de un nuevo Pastor de la Iglesia Romana. El nuevo Papa salió elegido en la segunda votación de la tarde del miércoles -la que sería la cuarta del día y quinta de la asamblea- después de dos fumatas negras.
La reunión "bajo llave" de este año ha venido acompañada de un seguimiento por parte de los medios de comunicación y de la sociedad en general mucho mayor que en otras ocasiones -quizá por el asunto de las nuevas tecnologías e Internet-, batiéndose el récord de periodistas acreditados en el Vaticano, con la asombrosa cifra de 5085 reporteros.
Con tanto periodista, no podía faltar la opinión sobre el nuevo obispo de Roma. El argentino ha sido relacionado por las malas lenguas con escándalos en la dictadura de su país, cosa que ha sido desmentida por él mismo y por la Iglesia.
El Papa Francisco dando la bendición
Urbi et Orbi desde el balcón de la Basílica de San Pedro
A pesar de todo, el Papa Francisco, quien es ya el primer Papa latinoamericano y también el primero jesuita tras la fumata blanca del día 13, llega al Trono de San Pedro como un hombre sencillo, dialogante, humilde y cercano al pueblo. De hecho, en su primera aparición pública desde el balcón de la Basílica de San Pedro, vistió completamente de blanco y con una cruz que le colgaba: una vestimenta mucho más austera que la de sus predecesores, que portaron bastantes más ornamentos. El Romano Pontífice también pidió a los fieles su apoyo y finalmente hizo un llamamiento a la paz y a la fraternidad antes de dar su primera bendición Urbi et Orbi desde la Ciudad del Vaticano.

Así pues, el pasado miércoles fue un día de júbilo para los católicos, quienes al fin pudimos decir: Habemus Papam. Desde aquí, le deseo lo mejor al nuevo Papa Francisco, y espero que sea un gran pontífice que pueda gobernar la Iglesia Católica desde los ideales de la sencillez y la fraternidad.

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