lunes, 1 de abril de 2013

Fernando Savater y la felicidad

Hará algo así como una semana que me encontré con una lectura del libro de Lengua 1 que me resultó muy interesante. 
Fernando Savater
Siempre estamos en busca de lo que nos hace felices, pensaba, y fue entonces cuando vi el título del fragmento: "Date la buena vida". En ese momento tenía tiempo disponible, no como me pasaba otras veces, para empaparme de las palabras del escritor, filósofo y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid: Fernando Savater. Así que decidí leerlo.
En el fragmento que se incluye en las páginas del libro de la asignatura, perteneciente a su libro "Ética para Amador", Fernando nos transmite una serie de consejos para llevar una buena vida que nos provoque una satisfacción interior. 
De sus recomendaciones, podríamos destacar muchas, pero las que más llaman la atención son, quizá, las relacionadas con su definición de ser humano:
«Ser humano consiste, principalmente, en tener relaciones con otras personas. Si pudieras tener muchísimo dinero, una casa más suntuosa que el palacio de las mil y una noches [...], etc., pero todo ello a costa de no volver a ver a ningún ser humano nunca más, ¿estarías contento? [...] ¡Si precisamente la gracia de todas esas cosas estriba en que te permiten -o parecen permitirte- relacionarte favorablemente con los demás!»
En esta cita, que incluye las palabras que más me llamaron la atención del texto, se puede apreciar como la definición que aporta el filósofo sobre el ser humano está más relacionada con su faceta de ser humano, con el verbo ser, que no ser humano como concepto biológico.
Dado que habla del ser persona destacando como ley básica la comunicación con los demás,  no puede excluir de su libro el concepto del lenguaje. Lo destaca como otro concepto importante dentro de la relación entre los individuos, y, por tanto, en su concepto de "darse la buena vida":
«El mundo en el que vivimos los humanos es un mundo lingüístico, una realidad de símbolos y leyes sin la cual no sólo seríamos incapaces de comunicarnos entre nosotros, sino también de captar la significación de lo que nos rodea. [...] Por eso hablar a alguien y escucharle es tratarle como a una persona, o por lo menos empezar a darle un trato humano.»
Así pues, Fernando Savater liga el concepto de la felicidad a los demás, es decir, lo define como un "proceso recíproco", en el que la sensación de sentirse humano otorga a la persona la sensación de estar dándose la buena vida. 
Por mi parte, creo que está en lo cierto. Una vida sin gente no es una buena vida humana. Será vida, pero ni buena ni mala.
Ya sabéis: dando felicidad se recibe. Y yo que tú, me pondría las pilas, y le daría un buen mordisco a la vida compartiendo el día de hoy con los que te rodean.

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