domingo, 19 de mayo de 2013

"Hasta el cuarenta de mayo..."

Así lucía a principios de mayo un puerto de
1000m de altitud en Asturias
Si todos ansiábamos la llegada del buen tiempo para guardar los abrigos y quitarnos capas de ropa, o para mejorar la moral, o para que nos alterase un poco más la vida siguiendo las afirmaciones de la sabiduría popular  -"la primavera, la sangre altera"-, o para alegrarnos la existencia al ver más cerca las vacaciones y el verano... nos hemos quedado a dos velas.
Ya estamos a mediados de mayo, es decir, hace casi dos meses que entró la nueva estación; y aquí, días de primavera, cuatro. Desde luego, el tiempo se ha revuelto más que la ropa en la lavadora: ha habido días en los que el cierzo se ha adueñado de Zaragoza, seguidos de días de lluvia muy intensa, mezclados con jornadas en las que el sol ha brillado durante unas pocas horas y las nubes y el frío lo han borrado del mapa por la tarde.

Esta combinación de fenómenos atmosféricos en una época tan avanzada de la primavera en la cual, quizá, no debería existir, se la podemos achacar al cambio climático. El calentamiento global ha desplazado las corrientes atmosféricas, ya que el aire caliente sube al ser menos denso y desplaza al aire más frío que pudiera encontrarse encima de la corriente cálida, y el aire frío, cuando se acumula en las capas más altas de nuestra atmósfera, provoca esta inestabilidad que estamos percibiendo en España en este mes. Por ejemplo, hemos tenido nevadas a partir de los 1000 metros en Huesca o en Lérida, o lluvias muy abundantes en zonas del interior acompañadas de frío.

De esta manera, el cambio climático, con el consiguiente calentamiento en exceso de la Tierra, ha producido un efecto de retraso en los fenómenos atmosféricos propios de cada estación según señalan los científicos de la Universidad de Washington Qiang Fu, John M. Wallace y Celeste Johanson, y el científico de la Universidad de Utah Thomas Reichler.
Estos expertos también señalan que este retardo será progresivo, de tal manera que se acentuará con el paso del tiempo. Se prevé que, a este ritmo, cuando finalice el siglo XXI, las corrientes en cuestión se habrán desplazado unos dos o tres grados de latitud hacia los polos. Ese cambio podría significar, por ejemplo, el desplazamiento del clima del Sáhara unos cien kilómetros hacia norte y sur.

Así que lo que toca es que cada vez el tiempo sea más bicho raro, más extremo y más complicado de predecir. Así que habrá que hacer caso, una vez más, al refranero español:
Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo.
FUENTE:
http://www.solociencia.com/ecologia/06071401.htm


2 comentarios:

  1. No veo yo nada raro en la variabilidad climática de estos meses. Pero yo soy un excéptico ante el cambio climático (más que nada porque el acuerdo mayoritario sobre una cuestión tan compleja me parece sospechoso) Date una vuelta por el blog CO2 de Antonio Uriarte que tengo enlazado en el mío para ver otra visión más crítica.
    El blog impecable en la redacción, la extensión, el uso de enlaces, la aportación de tus propios testimonios gráficos... Muy bien.
    Sin embargo, me pasa como en la anterior evaluación: he leído 9 entradas y contabilizo 10 u 11 semanas desde la última que te comenté.
    Te salva obviamente todo lo demás.

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    1. Gracias por la aportación de otra opinión menos generalizada y más crítica respecto al cambio climático, pero de momento sigo sin ser tan escéptico. Pienso que no se trata tanto de una comparativa en los datos (que sí, es cierto, no son tan alarmantes como parecen hacernos creer), sino de la emisión, continuada y subiendo, de CO2 a la atmósfera, que perjudicará en un momento u otro a la climatología terrestre. Y a Dios gracias que está siendo menor de la esperada la variación, pero sigo creyendo que en algún momento se producirá.
      Siempre desde mi opinión, "más vale prevenir que curar".

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